Cuál es la función principal de un vendedor

Bienvenido al mundo de las obviedades: la principal función de un vendedor no es otra que vender. Una aclaración que puede parecer innecesaria, pero que no lo es en absoluto. Y es que durante los últimos años y especialmente durante la última década, las funciones de los expertos en ventas se han multiplicado mucho, lo que en ocasiones puede hacernos perder de vista la finalidad principal de todo el asunto. Pero, una vez se ha aclarado esto, podemos profundizar en esa diversificación de funciones.

Funciones más importantes de un experto en ventas

El papel del vendedor ha existido siempre. Desde el mismo instante en que los homo sapiens comenzamos a intercambiar materiales y recursos, hace decenas de miles de años, nacieron inconsecuentemente expertos y expertas capaces de conseguir sus objetivos de mejor manera. La especialización profesional era inevitable.

Sin embargo, como hemos indicado antes, las tareas de los vendedores, más allá de la función básica de un vendedor, han convertido este antiquísimo perfil profesional en algo aún más completo. Especialmente con la explosión de las nuevas tecnologías y el comercio electrónico. Veamos algunas de esas nuevas funciones.

Conocer el producto

Esta es una máxima que siempre ha estado presente. Y es lógico: no puedes vender productos sin conocer la naturaleza de los mismos, así como todas y cada una de sus características. En ese sentido, el vendedor debe estar en contacto directo con el producto, conocer sus fortalezas y conocer sus debilidades.

Asesorar a los potenciales compradores

En cierto sentido, el asesoramiento también ha sido siempre una función secundaria de los vendedores. Sin embargo, en la actualidad cobra una relevancia muy especial, pues las marcas tienen ahora un compromiso y una responsabilidad hacia los clientes inédita. También hacia los potenciales clientes. Nuevamente, ese conocimiento del producto colabora en el buen asesoramiento.

Vender

Ya lo decíamos antes: es una obviedad, pero una obviedad que debemos recordar. Sí, el vendedor necesita el conocimiento profundo de los productos que intenta vender. Sí, el vendedor debe estar ahí para ayudar a los clientes a resolver sus dudas. Pero nada de esto importa mucho si no vende nada. Al final, y sin ventas, la empresa estaría incumpliendo su objetivo último.

Conectar al cliente con la empresa

Si fuéramos un vendedor del siglo X, estaríamos entrando ahora en territorio desconocido. Porque esa tarea de conectar al cliente con los valores de la marca es muy contemporánea. De hecho, es un símbolo de lo que ocurre en la actualidad: la marca es más importante incluso que los productos o servicios. Así, se debe lograr la vinculación emocional del cliente con la primera.

Fidelizar

La principal característica de un vendedor es adivinar las necesidades de las personas para usar esos datos a favor de la venta. Sin embargo, con los clientes recurrentes no es necesario, ya que sus hábitos de compra nos informan de qué desean y cómo lo deseen. Por eso conviene invertir en la fidelización: es más barata que la adquisición de nuevos clientes.

Captar nuevos compradores

No obstante eso no significa que entre las funciones básicas de un vendedor no se encuentre la captación de nuevos clientes. A fin de cuentas, y si queremos que el negocio continúe creciendo, es importante encontrar nuevos consumidores que puedan estar interesados en nuestros productos. En la actualidad, esto requiere no solo instinto, sino también herramientas de software especializadas.

Servicio post venta

Por último, y esta función también es un signo de los tiempos que vivimos, los vendedores deben estar ahí y ofrecer a los clientes un servicio post venta de calidad. Ya sea a la hora de ofrecer información de un pedido o a la hora de gestionar reclamaciones. No importa: el cliente ha de sentir que el vendedor está al otro lado, preocupado por su satisfacción. Es completamente imprescindible.

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